1º Pedro 3:1-6
Colosenses 3:18
• EL ROL PLANEADO POR DIOS PARA LA MUJER ES, EN ESTE ORDEN, EL SIGUIENTE:
(Dios ha capacitado a la mujer para hacer bien estas tres funciones).
Primero: Esposa
Segundo: Madre
Tercero: Sierva de Dios
Y la interrelación es la siguiente:
ESPOSA
ESPOSA Y MADRE
ESPOSA, MADRE Y SIERVA DE DIOS
VAMOS A ANALIZAR A LA MUJER EN SU ROL DE ESPOSA:
La mujer casada es sierva de Dios en primer lugar en su hogar. Si atiende bien éste, que es su función primordial, entonces recién puede pensar en extender su servicio, traspasando las fronteras de su propia casa. Al ser creada por Dios su primer función fue ser ESPOSA . (Génesis 2:21-24).
• EL SEÑOR QUIERE QUE LA ESPOSA SEA:
1- Dulce y serena. (1º Pedro 3:4 Leer en Versión Popular).
2- Ayuda idónea de su esposo. (Génesis 2:18).
Dios ha hecho a la mujer de forma que se complemente con el hombre en todas las áreas de su ser:
• Física.
• Anímica.
• Espiritual.
3- Sujeta a su marido. (Efesios 5:22,23 ; Colosenses 3:18 ;1º Pedro 3:1).
a)- La sujeción es un medio de protección.
Es un hecho reconocido en todas las culturas que la mujer, por su naturaleza, es más vulnerable a los ataques físicos, emocionales, psicológicos y espirituales (1º Timoteo 2:12-14). Por eso necesita la protección, la cobertura.
El velo representa la autoridad del esposo (1º Corintios 11:10). La sumisión (tal cual la expresa la Biblia) es mucho más que una forma externa; es una actitud interna y voluntaria. Es más que colocarse un velo sobre la cabeza; es un corazón cubierto con un velo de reverencia y honor a su esposo.
b)- La sujeción es un medio de equilibrio social: (Efesios 5:23 ; 1º Corintios 11:3)
Dios ha determinado este orden social:
• Que el hombre ejerza el gobierno del hogar.
• Que la mujer, a su lado, en dependencia de él, sea su colaboradora, poniendo a su disposición todas las virtudes con que Dios la dotó. Por estar subordinada no es menos que él. Están a la par. (Gálatas 3:27-28). Pero cada uno tiene un rol, una función, un área distinta en que actuar.
La sujeción es un medio de poder espiritual:
La mujer que entiende y acepta el “estar sujeta” a su propio esposo, descubrirá que el hecho de obedecer a este mandato del Señor, le da poder y victoria en su vida espiritual. Dios la respalda porque ella obedece. Pero la cristiana que, contagiada por el espíritu de “liberación femenina” tan en auge hoy en día, no se sujeta, no puede esperar la aprobación y bendición de Dios en su vida, su tarea, su servicio.
NOTA: La única ocasión en que la esposa puede cuestionar la obediencia a su esposo, es cuando éste la lleva a pecar. (Colosenses 3:18: “como conviene en el Señor”). Y en tal caso, le conviene consultarlo con hermanos de autoridad y experiencia en el Señor.
MODELO BÍBLICO DE BUENA ESPOSA: Proverbios 31:10-31
Aquí tenemos el cuadro más hermoso y completo de lo que debe ser una buena esposa:
• Digna de confianza. Tiene prestigio. (vers. 10-12).
• Trabajadora, industriosa, hacendosa. (vers. 13 y 14).
• Madrugadora, organizada. (vers. 15).
• Previsora, con aspiraciones. (vers.16, 18, 19, 21, 22).
• Esforzada, generosa, bondadosa. (vers. 17- 20).
• Cuidadosa de su apariencia. (vers. 22).
• Ayuda idónea. (vers. 23).
• Íntegra, sabia, buena. (vers. 25 y 26).
• Buena administradora. (vers. 27).
• Que gana admiración de su esposo e hijos. (vers. 28).
• QUE TEME AL SEÑOR. (vers. 30).
TIPOS DE ESPOSAS QUE VEMOS EN LA SOCIEDAD EN QUE VIVIMOS:
La mujer que no tiene a Jesucristo por Señor en el área de “esposa”, cae en alguno de estos errores, (la mayoría pecados y el resto áreas en las que el diablo ha logrado victoria), que tarde o temprano deterioran y aún destruyen el hogar:
• Gritona, mandona, peleadora.
• Muda rencorosa y amarga.
• Exagerada en la limpieza. (su casa es una vidriera para “mirar”, no un hogar para “vivir”).
• Sucia, desordenada y desorganizada.
• Insujeta, dominadora de su marido con gritos y actividades agresivas.
• Dominadora con “mañas”, asustando al marido con “enfermedades”, berrinches, ataques supuestos… o poniéndole culpas, hasta lograr que impere su voluntad.
• Manirrota, derrochadora, gastadora.
• Tacaña, avara y miserable.
• Callejera y llena de actividades fuera del hogar, al que descuida (su casa no es un hogar, sino un hotel donde comer, dormir y bañarse).
• Tan casera que no es capaz de desempeñarse en compras, viajes, tramitaciones, bancos, etc.
• Inmoral, liviana, infiel, que busca afectos extra matrimoniales.
• Mojigata, frígida, inhibida, que no comprende ni responde a la necesidad afectiva del esposo.
• Terca, porfiada, cabeza dura.
• Floja, blanda, débil, sin opiniones propias ni personalidad.
• Ostentosa, lujosa, exagerada en su arreglo.
• Desaliñada, desteñida, mal vestida, mal peinada.
• Juerguista, sacrificadora del hogar por salidas, diversiones, fiestas.
• Triste, apagada, melancólica y aburrida.
• Charlatana, lengua larga, criticona y chismosa.
• Rezongona, quejosa, llorona. Se siente “usada”. Se siente víctima.
• Egoísta, pretenciosa y arbitraria. Pretende que todos la sirvan y la complazcan.
• Celosa, desconfiada, rencorosa.
• Angustiada, ansiosa, llena de temores.
• Pesimista, negativa, incrédula.
¡ÁNIMO!...
Si te ves retratada en alguna de estas descripciones, recuerda que el Señor Jesús cargó con TODOS estos pecados en la Cruz y venció al que los alentaba, a Satanás. Y dispone su perdón a todo aquel que con corazón, humilde, sincero y con profundo dolor fruto de su arrepentimiento recurre a El confesando su pecado.
Él pone esa victoria a nuestra disposición:
Con profundo arrepentimiento, el que te lleva irremediablemente a un cambio de actitud,
Confesando el pecado y pidiendo perdón a Dios y al esposo.
De esta forma haces propia la victoria de Cristo en la Cruz. (1º Corintios 15:57, Romanos 8:37, 2º Corintios 2:14).