La unidad de la Iglesia

a) LA IGLESIA ES UNA

La unidad de La Iglesia es un hecho universal y eterno, una realidad que surge de la misma esencia y naturaleza divinas. Siendo esta el cuerpo el Señor y también Su desposada podemos afirmar, que es espiritualmente una y de exclusiva pertenencia de Dios.

1a Juan 5:7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.

b) ANTE LA REALIDAD DE LAS DIVISIONES JESÚS ROGÓ AL PADRE
No es menos cierto que a pesar de su santo origen, la unidad de los miembros del cuerpo de Cristo, ha formado mas parte de el anhelo del corazón de! Señor, que de la realidad visible del mismo. Es por la observación de esto, que Jesús rogó al Padre diciendo:
Juan 17:11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para Que sean uno. así como nosotros.
Juan 17:20Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por /a palabra de ellos, 21para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros: para que el mundo crea que tú me enviaste. 22La gloría que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
La unidad propuesta en las escrituras y pronunciada por Jesús en la oración sacerdotal, (para que sean uno, así como nosotros) formula no sólo su “propósito de unidad”, (que sean uno) también “impone un modelo”, (así como nosotros). Esto requiere de nuestra cuidadosa observación; ya que Dios, ADEMAS DE SU “UNIDAD ESENCIAL”, nos hizo conocer su “Unidad a través del objetivo en común” y la forma de concretarlo.
Partiendo de su “UNIDAD ESENCIAL” (TRES EN UNO), TODA ACCIÓN SE ENCAMINÓ EN POS DEL PROPÓSITO SUPREMO, evidenciando en este hecho una “UNIDAD PERFECTA”. Cada persona de la Trinidad cumpliendo la “Su función Inherente” y ocupando el lugar de subordinación, El Padre como Padre, el Hijo como Hijo y el Espíritu Santo como Espíritu Santo.
Esta conducta absolutamente contrapuesta a nuestros proyectos individualistas.

Ejemplos:
Siendo co-igual a Dios. Jesús vino hacer en todo lo que le agrada al Padre. Juan 8: 29Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
El mismo Jesús explicó la distribución de oficios al señalar: Juan 15: 1Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Señalando posteriormente las funciones correspondientes a cada uno.

c) LAS DIVISIONES DE LA IGLESIA DENOTAN CARNALIDAD

Los diferentes enfoques acerca de la misma verdad, las actitudes inmaduras, mezquindades, indocilidad y egoísmo, observables entre los discípulos, fueron fuertes generadores de competencias. Expresado esto a través de quienes decían ser sus seguidores, pero”, sin integración, ni funcionalidad corporativa. No llegando al objetivo de que esa perfecta UNIDAD ESPIRITUAL; DE ESENCIA, DE PROYECTO Y TAMBIÉN DE FUNCIONAMIENTO nacida de Dios, (ya que Dios es “Trino y Uno”, se concrete

Al presente y por la subsistencia de las mismas motivaciones, se ha desarrollado dentro de la iglesia, una forma de división más definida y argumental. Diferentes teologías, dogmas, doctrinas, algunas convicciones personales meramente interpretativas, otras inducidas por responder agradablemente a presiones circunstanciales o humanas, antepusieron el interés humano al propósito de Dios. Este hecho ha distorsionando muchas de las verdades escriturales, hallando un inestimable foro de expresión dentro del marco de las diferentes denominaciones religiosas, posibilitando la amorfa fisonomía de nuestra cristiandad posmoderna.


d) CONSECUENCIAS ESPIRITUALES DEL REINO DIVIDIDO

La realidad de una iglesia dividida, ha articulado al menos dos leyes espirituales que utiliza Satanás para demorar el cumplimiento del “Propósito Eterno de Dios”, "formar una (sola) familia de hijos e hijas semejantes a Jesús" y cuyo efecto dinámico se aprecia en al menos dos direcciones (leyes espirituales).


La primera: Dificultar el testimonio evangelístico. Jesús asoció directamente la unidad funcional de la iglesia a su efecto; "para que el mundo crea". Nuestras divisiones son un fuerte estorbo en el testimonio y en la autoridad espiritual, dificultando que el mundo "crea", "conozca" que El Padre envió al hijo y nos ha amado como a El. (Juan 17:23)

La segunda: Consiste en que el reino de Dios no prevalezca. Ya que todo reino dividido contra si mismo es asolado y no puede permanecer. (Mateo 12:25)

Lucas 11: 17Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.


e) HAY UNA BUENA NOTICIA.

Mateo 16:18… y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Y por supuesto tenemos mucho que ver con ella. El Señor está edificando "Su iglesia" con nosotros y dispuso convertimos en agentes de reconciliación, unidad e integración, no sólo hacia el mundo sino también dentro de la misma iglesia. El cumplimiento de esta ley espiritual, comienza con la FE y su ejercicio práctico consecuente. Ya que precisamente esta es la victoria que ha vencido al mundo, con sus valores, conductas y consecuencias.... "nuestra fe".

f) DEBEMOS VERNOS COMO AGENTES (PROCURADORES) DE UNIDAD (Efesios 2:11-18)
De personas, familias, grupos, congregaciones. Dios quiere que todos sus hijos vivamos unidos. Renunciemos pues al individualismo que heredamos del mundo, y tomemos conciencia de comunidad; de cuerpo de Cristo, de familia de Dios. (Mateo 23:37; Juan 11:52; 17:21; Hechos 4:32-37; Efesios 2:13-16; 4:13).
Hechos 2: 41Asi que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.43Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, "alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Hoy "En Cristo somos uno", pero mientras tanto cada hijo de Dios, cree lo que quiere, piensa lo que quiere y propone como Voluntad de Dios su propia interpretación de la verdad.

Dijo Jesús:

"Yo soy el camino". Todo aquel que está en Cristo, está en el camino correcto. (La certeza de haber escogido un camino correcto, lo confirmamos al observar que llegamos al objetivo esperado. (Proverbios 14:12; Isaías 53:6)

"Yo soy la verdad". Todo aquel que está en Cristo, está en la verdad. (Debemos conducimos como esclavos de la verdad y no como dueños de la misma). (1a Pedro 1:22; 2a Juan 1:4)
"Yo soy la vida". Todo aquel que está en Cristo, tiene la vida. (1ª Juan 5:11-12)

Cristo es Uno, no está dividido, por lo tanto todo aquel que está en Cristo, está unido a El y a todo su Cuerpo. Debemos reconocer que las innumerables divisiones que hoy forman parte de nuestra realidad, (correspondan a individuos, familias, congregaciones o denominaciones), sólo expresan la decadencia espiritual imperante y están en manifiesta oposición con la voluntad de Dios. Asimismo reconociendo que El Señor está restaurando SU Iglesia, nuestro deber es facilitar su obrar, desandando el camino recorrido, dejándonos guiar dócilmente hacia la unidad de la misma. (Efesios 4:1-6)


g) CONSIDEREMOS LOS TRES NIVELES DE UNIDAD

Unidad de Espíritu.

Es la que tenemos con todos los que seguimos al Señor, que han recibido el Espíritu Santo. En este nivel, estamos identificados con todas las denominaciones cristianas. Ahora bien; conociendo la Voluntad del Señor, entre los que profesamos obediencia a la verdad, se produce una creciente unidad generada en el mismo Espíritu Santo, por eso, somos conscientes que debemos progresar en ella, buscando ser fieles a El, involucrados en Su mismo interés. Buscarla es nuestro compromiso, la parte que debemos hacer nosotros. (Efesios 4:3).


Unidad de Fe.

En este nivel, tenemos unidad gradual, pero también es cierto que no todos creemos lo mismo. (Efesios 4:1-6; 11-13). En la medida que crecemos en la unidad que provoca el Espíritu Santo, cada uno con el deseo de agradar a Dios vamos haciendo los ajustes necesarios ajustándonos a La Palabra, hacia creer todos una misma cosa, o sea tener Unidad de Fe. Nótese la estrecha relación entre el propósito de Dios, al constituir apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para perfeccionar a los santos y su efecto funcional en la unidad de fe.

Unidad de Cuerpo.

Es la unidad funcional de la iglesia y fruto de las anteriores y en la que menos hemos avanzado aún. Reconociendo que éste es uno de los objetivos de nuestro Padre, debemos disponemos a cooperar con la unidad de todo su pueblo en los tres niveles: Espíritu, Fe y Cuerpo, entendiendo que si éste es Su Objetivo, también deberá ser el nuestro. (Efesios 4:16).


h) TRES CALIDADES DE UNIDAD

Unidad por coincidencia: La coincidencia, es igualdad espontánea. Es agradable pero ilusa, débil ya que no está acrisolada en la negación y en la superación de las diferencias.

Unidad por acuerdo: El acuerdo es la capacidad de conciliar o convenir en un punto o acción determinada, útil para alcanzar un objetivo común, conveniente a los que participan del mismo.

Unidad por Obediencia: Este es el ejemplo de Cristo y el sentir que debe imperar en nosotros. Obedecer es determinarse a hacer alguna cosa en sujeción a otra voluntad. Que aunque no surja espontáneamente ni sea totalmente agradable a nuestro propio deseo, convenga al fin buscado, o sea “El Propósito de Dios.
Filipenses 2:1Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, 2completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 3Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6e! cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó basta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confíese que Jesucristo es el Señor, para gloría de Dios Padre.