Multiplicación

Dios quiere que los que no son hijos de El, lo sean por medio de la fe en Jesucristo (Génesis 1:28-29; 12:2-4; Mateo 28:19-20; Marcos 16:15-19; Hechos 6:7; 1ª Timoteo 2:1-4; Hebreos 2:10).


Elementos claves para Multiplicarnos:

Visión.
Oración.
Carga.
Ejecución.
Perseverancia.


VISIÓN:

En La multiplicación es necesario primeramente tener una visión correcta acerca de que es lo que hay que multiplicar. Ya que el producto que quiero obtener determinará la estructura que lo construirá. Jesús definió correctamente el producto buscado, al llamar a sus colaboradores discípulos, encomendándoles a su vez, que hicieran igualmente discípulos a todas las naciones.

A partir de esta declaración dos cosas quedan claramente establecidas por la voluntad de Dios.

a) Debemos en lo personal, ser discípulos de Cristo.
b) Para luego poder hacer discípulos de Cristo. Cada especie se reproduce a si misma.

Si no tengo clara la visión de lo que El Señor requiere de mi; puedo asistir a reuniones, tomar frecuentemente la palabra, tener tiempo para orar, ser fiel en los diezmos y pagar puntualmente mis impuestos, sin necesariamente ser un discípulo de Cristo (en el concepto que El lo define). Es más, puedo evangelizar, enseñar, orar por los enfermos, echar demonios y aún orar por la llenura del Espíritu Santo, sin que estas actividades tan necesarias en la iglesia, guarden una perfecta armonía con el encomendamiento divino. Por el contrario, si tengo clara comprensión de su propósito; toda circunstancia, todo lugar, todo tiempo va a ser útil para posibilitar el cumplimiento de la gran comisión, ser discípulo y hacer discípulos para extender su reino.


ORACIÓN:

El poder de Dios, unido a la oración de la Iglesia, fructificará en hijos. Sabiendo que esta es la voluntad de Dios, nada podrá impedirlo. Juan 15: 7Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Dios es el que hace la obra. (1ª Timoteo 2:1-4)


CARGA:

La consecuencia de la fe, es morir para llevar fruto. Juan 12: 23Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará. (Juan 20:19-23) La fe, da sentido a que más bienaventurado es dar y lo mejor de dar, es darnos a nosotros mismos. (Mateo 10:39) La unidad, da fuerza a la evangelización. Un poco cada uno, entre todos hacemos mucho.


EJECUCIÓN:

Debemos aprender a concretar, día, lugar, hora y propósito. Concertarnos para hacer la obra que El nos encomendó. 2º Timoteo 2: 4Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 6El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 7Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.

Sin definición, no hay ejecución de la obra. Cada uno debe tener “una parcela de trabajo”.


PERSEVERANCIA:

Revisar, corregir y volver a impulsar la obra. El fruto no se obtiene inmediatamente luego de haber sembrado. Un labrador luego de haber sembrado aunque ya no ve la semilla, persevera en su cuidado y sigue todo el proceso en la seguridad de que si no desmaya seguramente a su tiempo segará. Gálatas 6: 9No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.