EL PROPÓSITO ETERNO DE DIOS I

Tema 11:


Introducción:


Al reconocer a Jesucristo como el Señor de nuestra vida, nos hemos arrepentido de nuestros pecados, le entregamos nuestra vida y nos hemos bautizado. Comenzamos una vida nueva. Hemos entrado por la PUERTA y estamos transitando por el CAMINO. Somos discípulos de Cristo.

Ahora bien, lo más importante en un camino es su destino, o sea hacia donde nos dirigimos. Así también en la vida del discípulo hay una META. Es de fundamental importancia, que como discípulos de Cristo sepamos claramente, desde el principio, cuál es el propósito de Dios para nuestras vidas y hagamos de Él nuestra meta. Muchos cristianos viven desorientados durante años por no tener una clara definición del propósito de Dios para sus vidas; no tienen una meta, o creen equivocadamente que la meta de su vida cristiana es meramente llegar al cielo.

Cada aspecto de la vida del discípulo ésta comprendido en esa meta y orientado hacia ella, la familia, el trabajo, el estudio, el dinero, los bienes, el tiempo, las decisiones, etc., todo se concierta hacia la gran intención de la vida que es “LLEGAR A LA META”.


DOS COSAS ESENCIALES QUE DEBEMOS SABER:


¿Cuál es el propósito eterno de Dios?


¿Qué medios ha provisto Dios para la realización de su propósito?


TEMA A): ¿CUÁL ES EL PROPÓSITO ETERNO DE DIOS?


HAY UNA META PARA EL DISCÍPULO DE CRISTO: (Filipenses 3:12-14).


Dios tiene un propósito para nuestras vidas. Dice el apóstol Pablo:


v.12: “Prosigo por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo”


v.14: “Prosigo a la meta...” Dios me llamó y me salvó con un propósito. Debo conocer Su propósito y convertirlo en la meta de mi vida. El que responde al supremo llamamiento, hace del propósito de Dios, la meta de su vida.


Lo que debemos saber como discípulos es:


¿Para qué nos llamó el Señor?


EL PROPOSITO ETERNO DE DIOS ES TENER UNA FAMILIA DE HIJOS SEMEJANTES A SU HIJO. (Efesios 1:4-5; Romanos 8:29; Hebreos 2:10).


Efesios 1:5: “predestinados para ser adoptados hijos suyos...”


Romanos 8:29: “los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo”.


Hebreos 2:10: “habiendo de llevar muchos hijos a la gloria.”


Antes de la fundación del mundo, Dios se propuso en si mismo tener hijos semejantes a su hijo. Y quiso, según su beneplácito; según el puro afecto de su voluntad, crearnos para incluirnos en el círculo de su comunión íntima con su Hijo. Para hacernos participantes de su gloria y de las inescrutables riquezas de su herencia. Según el designio de su voluntad, quiso conformamos a la imagen de su Hijo.

Por su mucho amor, antes de crearnos nos destinó a ser como su Hijo, a participar de todo lo suyo y a gozar de su misma relación con el Padre. Todo esto, para la alabanza de su gloria. (Efesios 1:6).


EL DESARROLLO DEL PROPÓSITO ETERNO DE DIOS


La creación apunta hacia el propósito eterno de Dios; (Génesis 1:26). El creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, para que ellos, multiplicándose formaran un numeroso pueblo de Dios y tener así una familia eterna con la cual llevará a cabo sus planes futuros.


El pecado es una desviación del propósito eterno de Dios. Satanás no quiere que el propósito de Dios se cumpla, por lo cual incita al hombre a la rebelión. El hombre peca, pierde la imagen de Dios y expulsado de su propia presencia, pierde su comunión con Dios.


La redención no es el fin (o la meta) del propósito de Dios, sino el gran medio que corrige la desviación provocada por el pecado. No es meramente para salvarnos del infierno, sino para lograr que el propósito eterno de Dios se cumpla en nosotros.

Conclusión: El propósito final de Dios no es ser Creador, ni tampoco Salvador, sino el de ser Padre.


Resumiendo: Vemos que Dios nos creó y nos salvó apuntando al mismo fin, meta o propósito, el cual es:

DIOS será PADRE de muchos hijos.

JESUCRISTO el HIJO, y el primogénito entre muchos hermanos.

NOSOTROS, hijos de Dios y “hermanos” de Cristo, formados a Su semejanza (Mateo 5:13-16).


ETERNIDAD PASADA (Efesios 1:4-5)


CAIDA POR EL PECADO


REDENCION POR JESUCRISTO


GLORIA VENIDERA (Hebreos. 2:10)


LA RESTAURACION DE LA IMAGEN DE DIOS EN EL HOMBRE


Desde el momento en que Dios se propuso crear al hombre, su deseo fue que este reflejase su imagen ya que era su Creador. En armonía con este designio, puso en el ser humano; ciertas capacidades, cualidades o atributos, que lo hacen semejante a Dios. De lo cual dan cuenta muchos textos bíblicos aludiendo a esta semejanza. (Génesis 1:26-27; 9:6. Romanos 8:28-29; 1ª Corintios 11:7; 2ª Corintios 3:18; Colosenses 3:10; Santiago 3:9; 2ª Pedro 1:4).


LA SEMEJANZA DEL HOMBRE CON DIOS PUEDE APRECIARSE EN TRES ASPECTOS:


En su responsabilidad moral: Esto significa que el ser humano es responsable por sus palabras, por sus hechos y por sus pensamientos. Dios es un ser moral, y ejerce un gobierno moral. Es responsable por todos sus hechos y ha dotado al hombre con capacidad intelectual, afecto natural, y libertad moral. Por lo cual, es responsabilidad del hombre desarrollar su vida con dominio propio, en la voluntad de Dios, con conocimiento de la verdad, en justicia y santidad. (Colosenses 3:10. Efesios 4:24).

En su naturaleza espiritual: Como Dios tiene una naturaleza espiritual, (Juan 4:24), le ha dado al hombre una naturaleza espiritual, para que haya comunión, comprensión y comunicación efectiva entre el hombre y Dios. No podemos conocer o percibir a Dios por medio de nuestros cinco sentidos físicos, ni con el uso de nuestro raciocinio, sino por medio de su revelación a nuestro espíritu. (Job 32:8; Proverbios 20:27; Romanos 8:16; 1ª Corintios 2:10-16; 6:17).


En el ejercicio de autoridad: Dios es el Soberano sobre toda Su creación y ejerce sobre ella plena autoridad. Al crear al hombre, delegó en él autoridad sobre ciertas áreas específicas de la creación terrenal. Ahora el hombre redimido, para ejercer eficazmente dicha autoridad, sobre su esfera de responsabilidad, debe ubicarse correctamente bajo la autoridad de Dios. (Génesis 1:26; 2:15; Salmo 8:5-6; Lucas 7:8 y 9:1-2).

Por su pecado y rebelión, el hombre ha perdido su semejanza con Dios, en estos tres aspectos, (aunque le quedan algunos vestigios de la misma). Dios para mostrar su naturaleza se hace hombre (Jesucristo); el es la imagen de Dios invisible, (Colosenses 1:15). Y se propone transformar al hombre a la imagen de Cristo para restaurar así la imagen de Dios en él. Cuando alguien se arrepiente y se rinde al Señor, nace de nuevo en la familia de Dios y comienza a adquirir otra vez esa hermosa semejanza, la cual se irá desarrollando por medio de su fe y obediencia al Señor. (Filipenses 1:6).



Textos para memorizar

LA META

Nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. Efesios 1:4.5

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Romanos 8-28.29

No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver sí logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago; olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que esta adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:12-14