Tema 4
Introducción:
El Señor Jesucristo dijo "...de la abundancia del corazón habla la boca" (Lucas 6:43-45). El habla es una facultad distintiva del ser humano, (los animales no hablan). Es la expresión de nuestro espíritu. Con ella expresamos nuestras reacciones, sentimientos, ideas, deseos y pensamientos. Aun mas, el modo y el tono con que hablamos, normalmente reflejan nuestro estado de animo, el estado de nuestro ser interior (decimos “normalmente”, porque algunas veces solemos hablar fingidamente).
Dado que el hablar es nuestra expresión más esencial, es notable apreciar que la mayoría de los pecados los cometemos con la boca. Y otros que no cometemos con la boca son al menos acompañados por alguna expresión verbal.
1) UN SINTOMA DE DECAIMIENTO
El decaimiento moral y espiritual de la presente generación se hace muy evidente por la forma corriente de hablar. El vocabulario utilizado hoy en día, tanto por hombres como por mujeres, sean adultos, niños o ancianos, es un síntoma inconfundible del deterioro de las buenas costumbres y de la pureza de espíritu. Al mismo tiempo es un testimonio elocuente de lo que impera en el interior de los hombres; la insolencia, la irreverencia, la agresividad, el pesimismo, la derrota, la ironía, la vanidad, la liviandad, la morbosidad, etc.
2) EL VOCABULARIO DEL VIEJO HOMBRE QUE HEMOS DESECHADO (Colosenses 3:8-9; Efesios 4:29).
Consideremos algunos de los pecados más comunes que cometemos con la boca. Los cuales debemos reconocer como tales para arrepentimos y desecharlos definitivamente de nuestro vocabulario.
a) Blasfemias, insultos, malas palabras, groserías (Colosenses 3:8), ya sea contra Dios, contra nuestro prójimo, o simplemente proferirlas sin dirigirlas a alguien en particular. San Pablo dice (1ª Corintios 5:11) que el maldiciente debe ser cortado de la comunión de la iglesia.
b) Conversaciones, cuentos y chistes obscenos, palabras deshonestas. (Efesios 5:3-4) “...ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos ". (Filipenses 4:8).
c) Ofensas, expresiones hirientes, palabras ásperas, griterías. (Mateo 5:22; Colosenses 3:8). “...Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto”. (Santiago 3:2-12).
d) “Cargadas”, “cachadas”, burlas, escarnios, sarcasmos. (Salmo 1:1 Proverbios 3:34). La cargada es una expresión de uso muy común entre nosotros; sin embargo y aunque su empleo esté generalizado, no es normal. Produce peso y dolor en el que es objeto de la misma, por lo cual debe ser desechada del pueblo de Dios. La cargada es dañina, perjudicial y ofensiva; no fluye del Espíritu Santo; es una obra de la carne, no brota del amor hacia la persona que estoy “cargando”. Al hacerlo, el Espíritu se apaga en nosotros, dañamos a la persona afectada y cunde la liviandad en el ambiente.
Alguien dijo "Ríete de ti mismo, ríete con otros, pero nunca te rías de otros". (Levítico 19:14).
e) Chismes, murmuraciones, detracciones, calumnias.
· Chisme: Es una habladuría, cuento o noticia ya sea cierta o falsa con la que se intenta producir discordia; enemistando a unos con otros. (Levítico 19:16).
· Murmuración: Es conversar en perjuicio de personas o hechos en ausencia de las mismas. (Números 12:1-15; Filipenses 2:14; 1ª Pedro 4:9).
· Detracción: Conversación denigrativa e infamante que resta el honor o el buen nombre de otra persona. Es desacreditar; deteriorar su imagen.
· Calumnia: Acusación falsa y maliciosa hecha con el propósito de causar daño. (Salmo 15:3).
Estos cuatro términos similares aunque no idénticos; proceden del mismo espíritu, hacer daño al prójimo, estemos conscientes o no de ello.
Son pecados que atentan contra la vida del otro. (Levítico 19:16). Y Dios nos considera responsables no sólo por cometerlos, sino también por escucharlos participando de los mismos. (Salmo 15:3) "...ni admite reproche alguno contra su vecino”. “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”. (Mateo 7:12).
f) Quejas, rezongos, protestas, lamentaciones. La queja es una de las notas más dominantes del vocabulario del hombre. Cualquier razón, valedera o no, es ocasión para quejarnos: Cuando algo nos sale mal, ante algún revés, frente a las dificultades cotidianas, ante las faltas de los que nos rodean, ante nuestras limitaciones, ante los sufrimientos de la vida o simplemente por el mal estado del tiempo, el gobierno, la economía, etc.
La queja, refleja derrota interior ante las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida. Contrariamente a resolver nuestros problemas, los agiganta hundiéndonos en el mal humor, la depresión y el desánimo. Apaga el espíritu en nosotros, haciéndonos perder el gozo y la fe. Dios nos afirma en Romanos 8:28 que “...a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. Por lo tanto, debemos vivir.... “....dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. (Efesios 5:20). ver. J. Himitian, JESUCRISTO EL SEÑOR, PP. 60-69.
g) Pavadas, necedades, estupideces, liviandades. (Proverbios 15:14, Efesios 5:4). Dios es esencialmente íntegro; su palabra es la expresión fidedigna de su pensamiento y voluntad. El sustenta en armonía “...todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:1;3). El hombre vivirá “...de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Dijo Jesús: “...El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Del mismo modo que la integridad veracidad, prudencia, sabiduría, etc. con que nos expresamos nos identifica con Dios; nuestras liviandades e incoherencias nos hacen perder la semejanza con El. (Mateo 12:36).
3) APRENDIENDO A HABLAR DE UNA MANERA NUEVA.
Si de la abundancia del corazón habla la boca, tener un nuevo corazón significa tener también un nuevo vocabulario. "...El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno". (Lucas 6:45). Al convertirnos a Cristo no sólo cambia el contenido y tema de nuestras conversaciones, sino el modo de conversar; el espíritu de nuestras conversaciones, su intención, su acento, su tono, etc.
Cuatro principios para observar y que deben regir todas nuestras conversaciones.
a) Todo lo que digamos debe ser para edificación. “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación. A fin de dar gracia a los oyentes”. (Efesios 4:29).
El contenido, el tono y el espíritu con que hablamos debe edificar al que nos oye, cualquiera sea el tema que estamos tratando.
b) Toda conversación debe ser hecha en el nombre del Señor Jesús. “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo en el nombre del Señor Jesús dando gracias a Dios Padre por medio de él". (Colosenses 3:17).
Nombre, significa la revelación de su ser, de su persona, de su naturaleza. Todo lo que decimos debe interpretar la naturaleza y el carácter de Jesús. Toda vez que abro la boca para hablar, Cristo debe ser revelado, su amor, su paciencia, su paz, su pureza, su justicia, su propósito, etc. De hecho, toda palabra que pronunciamos, es en la carne o en el espíritu.
c) Todo lo que digamos debe ser con gracia. “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis como responder a cada uno”. (Colosenses 4:6)
Un poco de sal hace apetecible y aceptable una comida sosa. Una palabra dicha con gracia es mejor recibida por los demás. La clave para tener gracia es la humildad. “Dios da gracia a los humildes". (1ª Pedro 5:5).
d) La nota dominante de nuestras conversaciones ha de ser siempre la FE.
Ante toda circunstancia, aún en las más dolorosas, esa nota de fe siempre debe estar presente. No como una expresión religiosa y superficial, no debe ser apariencia sino esencia, una convicción profunda en nuestro espíritu. El tono de nuestras palabras revela si estamos por encima o debajo de las circunstancias, si hay derrota o victoria en nuestro interior. (1ª Tesalonicenses 5:18).
4) NUESTRA BOCA COMO INSTRUMENTO DE DIOS (Romanos 6:13). Nuestra sumisión a Cristo, implica que en cada situación debemos hablar interpretando lo que El dice. (Juan 8 26)
a) Enseñando, exhortando, animando. (Colosenses 3:16)
b) Orando sin cesar. (1ª Tesalonicenses 5:17; Colosenses 4:3)
c) Hablando entre nosotros con salmos con himnos y cánticos espirituales. (Efesios 5:19; Colosenses 3:16)
d) Dando siempre gracias por Todo. “...dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. (Efesios 5:20)
e) Predicando en todo tiempo, comunicando el evangelio. (2ª Timoteo 4:2)
f) Proclamando la verdad. (Efesios 6:17)
g) Hablando en nuevas lenguas. (1ª Corintios 14:18)
ORACION:
“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón, delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío”. (Salmo 19:14)
Textos para memorizar
EL VOCABULARIO
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6:45
Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del Juicio. Porque por tus palabras Serás Justificado. y por tus palabras serás condenado. Mateo 12:36.37
Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Efesios 5:19.20
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. Colosenses 4:6