¡TU HIJO ESTA VIVO, PERO ESTA MUERTO! Por Miryam V. Iglesias de Rodríguez


Por Miryam V. Iglesias de Rodríguez
Publicado originalmente en Revista Nosotras (1997)

Cuando Dios nos habla, debemos hacer un alto en nuestro andar para oírle adecuadamente, y recordar cada una de las veces que lo hizo. Esto enriquecerá nuestra comunión con El y ayudará a conocerle mejor.
Estando en plena “Luna de Miel”, Dios me mostró en una visión, que iba a tener tres hijos, dos varones y una niña y el orden y la edad que se llevarían entre ellos. Hoy se ha cumplido lo que me reveló aquel día.
Siete años atrás cuando estaba embarazada esperando mi segundo hijo, tuve un sueño bastante desagradable. “Había llegado el día del nacimiento y me encontraba sin mi bebé. Le pregunté a mi doctora donde estaba mi hijo, entonces ella me llevo a un lugar que parecía la morgue de la clínica, donde en el centro había una cuna con un bebe de tres meses y medio, rubio, hermoso, pataleando alegremente, y me dijo: ¡Ese es tu hijo!, Quise llevármelo, pero ella me dijo varias veces: ¡Tu hijo está vivo, pero está muerto!. Yo le dije ¡No doctora, eso no puede ser, démelo que me lo llevo!. Pero ella me repetía varias veces: ¡Tu hijo está vivo pero está muerto!. Yo me desesperada por arrancarlo de ese lugar”. Y entonces desperté.
Pasaron dos meses y tuve otro sueño: “Estaba yo sobre una mesa de operaciones y veía como me operaban y me sacaban el bebé. Se lo llevaban sobre una mesa apartada de mí, donde varios médicos le auxiliaban. Mi bebé estaba en peligro, le efectuaban masaje cardíaco”. Así, me desperté.
Cumplido el tiempo del embarazo, tuvieron que hacerme una cesárea de urgencia, por un sorpresivo y severo problema de hipertensión arterial. Los médicos dijeron:”Sabemos cómo entran pero no como salen de la operación, vamos a tratar de salvarlos”. Clamando a Dios, mi esposo y mi familia mientras esperaban, el señor nos saco del trance.
Cuando mi bebé tenía tres meses y medio (como el del sueño), sufrió un paro cardio-respiratorio a raíz de un reflujo esofágico de grado avanzado, (grado cuatro), permaneciendo en esa condición varios minutos. Salí corriendo de mi casa con el bebe en brazos buscando ayuda. Entonces Dios me recordó aquella visión que tuve en mi “luna de miel” en la que Dios me mostraba que tendría tres hijos y ¡Christian estaba vivo!. Esto ese momento estimuló mi fe y me dio paz.
Mientras tanto, Dios preparo una unidad coronaria móvil, desconocida para nosotros, en la corrida hacia el hospital varios minutos después de haber dejado de respirar y su cuerpo yacía muerto en brazos de mi esposo. La misma se detuvo en un lugar donde había médicos quienes arrancando de nuestros brazos su cuerpo dijeron “Hizo un paro, hizo un paro”. Mi esposo y yo clamábamos al Señor, y…¡El respondió y le resucitó!. Mientras los médicos le efectuaban masaje cardiaco y respiración boca a boca.
Luego diagnosticaron que las consecuencias serían deficiencia mental irreversible; todo estaba registrado en los registros clínicos del hospital en que fue internado, pero más tarde, y con asombro, los estudios salieron perfectamente bien. Los médicos estaban asombrados pues decían que ningún niño había llegado vivo en esas condiciones. Una de las doctoras decía: “¡Esto es un milagro de Dios!”. Yo le respondí que éramos cristianos y que el Señor había hecho un milagro en Christian
En el hospital lo llamaban “el niño del Milagro”. Lo venían a ver muchísimas personas con quienes pudimos compartir acerca de Dios, de cómo Él actuaba con poder en su pueblo hoy.
Con respecto al reflujo avanzado, los médicos me habían alarmado, diciendo que recién después de cumplir un año podía o no, estar normalizado y que tuviera mucho cuidado, porque en cualquier momento podía sucederle lo mismo. Pero el Señor hizo otro milagro en mi bebe, pues toda la congregación estuvo orando fervientemente. A los cuatro meses y medio de vida, mi bebe había sino sanado, registrado esto en estudios de alta complejidad.
Al año de sufrir el paro cardio-respiratorio, después de efectuar su última evaluación neurológica, el especialista dijo. “¡No puede ser, no puede ser, tener un paro durante tanto tiempo y presentar normalidad absoluta!. ¡Todos se tienen que haber equivocado!” sin atinar a pensar que él era uno de quienes había elaborado el diagnóstico.
Pero nosotros sabemos que ¡Estuvo muerto, pero está vivo!. Dios le resucito haciendo una obra completa.
Hoy (año 1997) luego de seis años, para muchos parece mentira verle correr, jugar y saltar, trepar y tener excelentes calificaciones en la escuela. Todo gracias a nuestro Padre Dios.
MUCHOS AÑOS DESPUES (*)
Los años han transcurrido, alrededor de tres décadas ya han pasado. A los veintidós años de edad, se recibió de "Ingeniero Mecatrónico". Trabaja ejerciendo con éxito su profesión, habiendo sido a la par Docente Universitario. Pero lo más precioso es que ama profundamente a Dios y le sirve, entre otras cosas, a través de la música y la enseñanza de su Palabra.

(*) Nota de Red de Vida CC