La adoración a Dios

Asimismo, entendimos que el verdadero culto a Dios no depende de templos lujosos ni de pompa religiosa, de vestimenta o ritos especiales. Su interés es que las personas vivan cada día agradándole con toda sencillez y naturalidad, expresándole su amor y devoción, hablándole mediante la oración y humillándose ante su presencia. Quiere verdaderos adoradores, siendo Él el centro en las prioridades de cada uno.