Tema 0: Introducción general al tema.
Introducción:
Nuestro seguimiento a Cristo implica, no solo una relación con El, sino también una relación con otros que le siguen. Con ellos tenemos mucho en común, una misma esperanza, una sola familia, un mismo cuerpo, una misma iglesia, una comunidad de llamamiento, proyectos e intereses. (Efesios 4:4-6) Es esta misma realidad la que nos lleva naturalmente a relacionarnos y tener comunión con nuestros hermanos.
KOINONIA: es la palabra griega traducida “comunión” en el Nuevo Testamento. La interpretación en el idioma castellano, significa "la participación de algo indivisible". En los hechos de los apóstoles 2:42 leemos: “y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la COMUNION UNOS CON OTROS..." Si seguimos leyendo este pasaje hasta el vs. 47, comprenderemos con mayor claridad el espíritu y significado práctico de la palabra Koinonía.
Las Sagradas Escrituras tienen mucho que enseñarnos sobre la relación entre hermanos ya que siendo esta una relación tan cercana y comprometida, se producen en ella distintas situaciones, circunstancias, responsabilidades, necesidades y aún conflictos que debemos resolver obedientemente, (según nos instruyen las mismas).
En el presente conjunto de estudios consideraremos lo que Jesucristo y los apóstoles enseñan en cuanto a la relación entre hermanos, para que de este modo sepamos comportarnos en toda situación, de acuerdo a la voluntad de Dios.
Por ejemplo:
· Amaos los unos a los otros. (Romanos 12:10)
· Servios por amor los unos a los otros. (Gálatas 5:13)
· Someteos los unos a los otros. (Efesios 5:21)
· Soportándoos unos a otros. (Colosenses 3:13)
· Enseñándoos y exhortándoos unos a otros. (Colosenses 3:16)
· Perdonándoos unos a otros. (Colosenses 3:13)
• Confesaos unos a otros. (Santiago 5:16)
• Orad unos por otros. (Santiago 5:16)
• En cuanto a honra, prefiriéndoos unos a otros. (Romanos 12:10)
• Amonestándoos unos a otros. (Romanos 15:14)
• Hospedaos unos a otros. (1ª Pedro 4:9)
• Animaos unos a otros. (1ª Tesalonicenses 5:11)
• Sobrellevad los unos las cargas de los otros. (Gálatas 6:2)
• Debéis lavaros los pies los unos a los otros. (Juan 13:14)
• No murmuréis los unos de los otros. (Santiago 4:11)
• Gozaos con los que se gozan, llorad con los que lloran. (Romanos 12:15)
LA ARMONÍA ENTRE HERMANOS
(Salmo 133:1) "Mirad cuán bueno y cuán delicioso es. Habitar los hermanos juntos en armonía”.
El Señor quiere ver a sus hijos viviendo juntos en armonía, para ello nos da su consejo cubriendo todas las situaciones emergentes de esta relación, haciendo posible para nosotros a partir de este conocimiento, una perfecta relación con todos nuestros hermanos.
Es verdad que somos muy diferentes unos de otros, las circunstancias, el temperamento, la cultura, el nivel social, el estado civil, etc. son causas muy claras de diferencia, sin embargo del mismo modo que las diferencias pueden ser causa de conflicto, bien enfocadas pueden completar y enriquecer nuestra vida. En una gran orquesta compuesta por muchos instrumentos de concepción completamente distinta, se obtiene música de excelente calidad. ¿Que es lo que siendo tan diferentes, les hace producir sonidos tan armoniosos?. La tónica y la partitura. Para que haya armonía dentro del reino de Dios en la relación entre hermanos, del mismo modo que en la música, debemos aprender a respetar ciertas reglas elementales que Dios mismo ha establecido.
La partitura en la música, distribuye lo que cada quién en la orquesta debe hacer, cuando y como debe intervenir cada intérprete.
La tónica es la nota básica que sostiene la armonía en la música. La tónica en el Reino de los cielos es el AMOR. De este modo se logra un precioso concierto.
Los temas que consideraremos dentro de esta sección son los siguientes:
1) La naturaleza de nuestra relación.
2) El amor fraternal.
3) El estar juntos.
4) El Servicio.
5) La autoridad y la sujeción.
6) Conflictos en la relación entre hermanos.
7) Corrección y disciplina en la comunidad.
“Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente. Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
4El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 9Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará....Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. (1ª Corintios 13:1-11)