¿Es el Señor en mi trato con mi suegra y/o nuera?

LA RELACIÓN SUEGRA-NUERA Y VICEVERSA.

Dedicaremos un análisis especial a este tema por tratarse de una relación que, la experiencia lo ha demostrado, es una de las más difíciles. Ha sido y es tema de muchas bromas y chistes.
Las quejas que se suscitan de ambas partes darían material para escribir muchos libros.
La Palabra de Dios no habla específicamente sobre esto, pero sí nos presenta un hermoso ejemplo del que podemos extraer muchas enseñanzas: el libro de Rut (aconsejamos leer y meditar en este libro durante la semana).

La relación suegra – nuera:
• Noemí no era egoísta ni entrometida (Rut 1:8). Las suegras deben comprender que su hijo, al casarse, corta por completo el “cordón umbilical” (Mateo 19:5). El cuidado de su hijo ya no depende de ella, sino que queda en manos de SU ESPOSA que es una mujer que:
• Es mucho más joven e inexperta, tiene que aprender y sin duda cometerá errores.
• Viene de un hogar con costumbres y maneras de hacer las cosas DISTINTAS a las de ella.
• Si algo no anda bien (y lo habrá, sin duda) debe saber disculpar, orar mucho y CON MUCHA DULZURA Y PRUDENCIA, prestar su ayuda sólo cuando el Señor le pone la “luz verde” (Tito 2:3-4). No ser entrometida.

• Noemí no era criticona, sino agradecida (Rut 1:8). Muchos de los defectos que las suegras perdonan y justifican en una hija propia, los critican sin piedad en una nuera ¿Por qué?
• Noemí no era celosa (Rut 1:9). Quería que fueran felices, aún lejos de ella.
• Supo ser amiga de su nuera, ganó su corazón:
- Rut no la quiso abandonar (Rut 1:16).
- Le confiaba sus “asuntos” con Booz y Noemí la alentaba (Rut 3:1-3).

La relación nuera – suegra:
• Rut vio en Noemí su “segunda madre” y volcó en ella su amor y solicitud (Rut 1:16).
• La nuera debe recordar que esa madre le dio a ese hijo su juventud, su tiempo, sus desvelos y no le es fácil desprenderse de él y dárselo a otra mujer. Debe comprender y sentir ternura por ella y no sentirse celosa si su marido le expresa a su madre su cariño.
• Debe respetar sus canas y recordar que tiene años y experiencia, y aceptar sus consejos con humildad y sin soberbia o desprecio.
• Si se diese el caso que ella tiene más luz del Señor que su suegra y necesita expresarle su desacuerdo en algo, que lo haga con humildad, dulzura y oración, teniendo en cuenta lo que dice 1º Timoteo 5:1-2 con 4:12. Y que en pocos años es muy posible que ella también sea suegra.
• Por otro lado, no cargarla con sus responsabilidades, no aprovecharse de ella, no tomarla de “niñera oficial” de sus hijitos, sino solamente en caso extremadamente necesario y de común acuerdo.