Hace unos días acompañé a uno de mis hijos a concretar unas compras efectuadas por Internet en la ciudad capital de nuestro pais. Para ello tuvimos que ir a dos domicilios particulares ubicados en dos edificios en torre, de dos de los barrios más elegantes; lo llamativo fue que en ambos casos al anunciarnos a través del portero eléctrico respondieron ¨ya bajo¨. Al descender de los ascensores ya traían en sus manos los productos que vendían, exhibiéndolos y probándolos en la puerta del edificio, lleno de cámaras de seguridad. No lo hicieron por falta de cortesía, sino llenos de temor.
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
-
Comunidad Cristiana Red de Vida
Iglesia cristiana abierta a la comunidad
Dr. RUBEN JORGE RODRIGUEZ
Secciones
Volver a la fuente
Hace unos días acompañé a uno de mis hijos a concretar unas compras efectuadas por Internet en la ciudad capital de nuestro pais. Para ello tuvimos que ir a dos domicilios particulares ubicados en dos edificios en torre, de dos de los barrios más elegantes; lo llamativo fue que en ambos casos al anunciarnos a través del portero eléctrico respondieron ¨ya bajo¨. Al descender de los ascensores ya traían en sus manos los productos que vendían, exhibiéndolos y probándolos en la puerta del edificio, lleno de cámaras de seguridad. No lo hicieron por falta de cortesía, sino llenos de temor.