¿Nuestra cultura o la de Dios? Parte II



LA “CONTRACULTURA DEL REINO”


Dr. Rubén Jorge Rodríguez


Romanos 12:2, 1ª Juan 1:5-10

¿Puede una persona que le ha prometido su fidelidad a Dios estar bajo el “Régimen del Reino de Satanás”?.

Para que un rey gobierne, el otro debe ser derrotado, muerto o renunciar al trono. Jesús venció en la cruz a Satanás, pagando el precio por nuestros pecados y luego resucitó de entre los muertos, ascendió y se sentó a la diestra de su Padre. Al entregar nuestra vida a Jesucristo hemos sido trasladados por el Padre del “reino de satanás” al “Reino de amado Hijo”.

            A consecuencia de esto surgen estas preguntas: ¿Todos los  hombres y mujeres que honraban y servían a Satanás y luego siguieron a Jesús, decidieron honrar a Dios?. ¿Aquellos que sí decidieron honrarle, todos le honran? ¿Entonces los que no le honran, pero declaran hacerlo a qué reino obedecen?. Esto nos lleva a hacernos una cuarta pregunta: ¿Puede una persona que le ha prometido su fidelidad a Dios estar bajo el “Régimen del Reino de Satanás”?. Leemos en Romanos 12:2(a) “No os CONFORMEIS a este siglo” (RV1960), “No VIVAN SEGÚN LOS CRITERIOS del tiempo presente” (DHH). ¡La respuesta a la última pregunta es afirmativa!. Lamentablemente puede una persona por voluntad propia “obedecer los criterios del mundo”, desobedeciendo de esta manera a Dios.

Desde el momento en que recibimos a Jesucristo como nuestro Señor somos nuevas personas y debemos crecer dentro de una nueva Cultura. La “Cultura del Reino de Dios”.

Esta nueva cultura que nos es impartida por el espíritu de la Palabra de Dios es una “Contracultura” porque no se adapta a otras y tiene un efecto revolucionario hacia adentro y hacia fuera de nuestras vidas, por eso no es encubierta, por el contrario es notoria y visible porque responde a los principios un nuevo Reino ya que contiene sus valores y principios. Y sólo la pueden vivir aquellos que decidieron romper con su vieja cultura; los valientes que decidieron seguir a Cristo.

Es un Reino que responde a su Nuevo Rey (Dios), formado por hombres y mujeres dispuestos a agradarle, habiéndose negado a si mismos renunciado al otro reino y llamados a vivir su “Cultura”. El otro reino es el de satanás, lleno de criterios y valores muy distintos, en el que viven todos aquellos que no se han rendido al Señor, que no han pasado al Reino de Dios.

Somos llamados a vivir “La contracultura del Reino de Dios”

Cuando predomina un reino sobre otro, este instala su propia cultura -que lo sustenta- y desplaza a la otra, es por eso que la cultura del mundo o social y la de Dios por naturaleza se oponen entre si, porque son incompatibles. Pero es necesario observar que mientras el Reino de Dios, no adopta nada del “Reino de las tinieblas el reino de satanás adopta algunas formas. Son dos reinos enfrentados, porque es una Contracultura, en relación con la corriente de este mundo

Muchos no aceptan que son llamados a vivir esta “Contracultura”, queriendo o permitiendo (según el caso) que cohabiten los “principios cristianos” con los sociales o familiares, tratando de dar explicaciones para justificar esta actitud. Y no aceptarla en su corazón o ante otros con quienes conviven. Cuando se mantiene esta postura Dios permite que de a poco vayan predominando los principios de su “Vieja Cultura” porque no se decidieron a vivir la “Contracultura” y sufrir si es necesario por ello.

Este predominio se da por tratar de ver lo positivo en lo mundano, desechando sólo las aristas más perniciosas en lo aparente. Esto es lo primero, porque luego rinden su voluntad y a consecuencia sus acciones, licuando de esta forma los principios de la “Contracultura” aunque no se den cuenta de esto. Esto ocurre por temor a mostrarse diferentes a la “Cultura Social” que no es mas ni menos que una expresión del Reino de Satanás identificándose con quienes practican esta cultura, por medio de la que rinden honra, no precisamente a Dios.

¡Para ser discípulos de Jesús, es necesario vivir “SU CONTRACULTURA”!

Muchas personas expresan su rebeldía a “lo establecido”, pensando que nadie le tiene que decir cómo y lo que debe hacer. Este pecado de rebeldía esta respaldado por un espíritu demoníaco que está en plena actividad desde la creación, oponiéndose a la “nueva cultura que viene de Dios”. Al contrario se generan modelos culturales que pujan por dominar las acciones, sentimientos y emociones hacia un alejamiento progresivo y sistemático de Dios. Tratando de que depongan, o no adopten los valores de esta “Contracultura de Dios”. Pocos son rebeldes al pecado (a lo que les gusta o conviene y que no agrada a Dios) y son pocos los que reaccionan contra las culturas impuestas por una sociedad sin valores cristianos, más aún, algunos tratan de justificarlas adaptarlas y adoptarlas.

¿Por qué Dios no impide que esto ocurra?. Porque la persona es la que voluntariamente cede frente al “señor del otro reino”. Violando el pacto que ha hecho de honra y obediencia a Dios. La cultura social o los espíritus que la gobiernan, quieren dar forma a la manera de pensar de cada uno y modificar los principios cristianos.

            La lucha para tratar de modificar y o reemplazar estos valores se produce en la mente. Satanás quiere ser honrado a través de pensamientos, razonamientos y conclusiones. Gobernando de esta manera, porque poseyendo el dominio de la mente, gobierna el cuerpo y así las acciones. Si no puede lograr el control total de los pensamientos, mediante una posesión, con el objeto de obtener honra. Trata de infiltrarse en el sistema de valores por medio de los pensamientos, razonamientos y conclusiones. Las actitudes o comportamiento, se originan en la forma de pensar y la forma de ser, es la resultante de criterios utilizados en el momento de razonar, de reaccionar y en el comportamiento diario.

           A veces podemos clamar a Dios para que produzca esta transformación en nosotros pero tomando una actitud de pasividad esperando que mediante un “toque sobrenatural” o con el transcurso del tiempo sea El quien lo haga. Pero es claro que es nuestra tarea y responsabilidad contando con el auxilio y ayuda del Espíritu Santo para que se cumpla su propósito en nosotros. Cómo no nos ayudará si la misma Palabra de Dios nos dice  “… transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento en Romanos 12:2. Es posible tomados de la mano de Dios y en plena comunión con el Cuerpo de Cristo.

          Debe cambiar nuestro concepto, respecto al valor de la honra que nuestro Dios merece, viviendo el desafió del Reino. Desafió de vivir la "contracultura cristiana" y no avergonzarnos de ella.