Parte 1 • ¿Qué son los dones espirituales?





Vamos a estudiar un tema apasionante, como es el de los “Dones o Regalos” dados por el Espíritu Santo. Comenzaremos por analizar el pasaje de 1º Corintios 12: 1-12. (Leer y analizar).


¿QUÉ SON LOS DONES ESPIRITUALES?


No se debe ignorar acerca de los “Dones Espirituales”.

Este pasaje comienza con un deseo que expresa el apóstol Pablo, a una iglesia en la que muchos discípulos experimentaban manifestaciones del Espíritu Santo en sus vidas, expresadas en su vida privada y en medio de la congregación. Pero la mayoría ignoraba acerca de estas “experiencias nuevas” que les revolucionaban por dentro. Produciéndose por esto, desajustes y controversias en el marco de la iglesia y el mal uso de estos regalos dados por el Espíritu del Señor. Por eso el apóstol expresa su deseo y advertencia; y a la vez les instruye y corrige como padre, con firmeza y amor porque no quiere que ignoren acerca de ellos.


Los “Dones” son expresiones del Espíritu Santo.

Otro aspecto que fundamenta nuestro estudio, es que los “Dones” o “Regalos” son manifestaciones o expresiones del Espíritu Santo que mora en los hijos de Dios. Si Él no mora en una persona, es imposible que reciba Dones del Espíritu. Pero como en el cristiano (genuino, no nominal), efectivamente mora y no permanece inactivo, se manifiesta de diversas formas y una de ellas es a través justamente estos regalos que les hace.

La obra del Espíritu Santo y el “Nacido de Nuevo”.

Es importante reafirmar que para que se evidencien en una persona los Dones del Espíritu Santo, es necesario que éste more en él, y esto ocurre solamente como consecuencia de haber “Nacido de Nuevo”.

Este “Nuevo Nacimiento” es el hecho de una obra que el mismo Espíritu Santo soberanamente efectúa en las personas después de haber recibido la “Buena Noticia” que Jesucristo murió en la cruz cargando con sus pecados y ocupando su lugar y haber respondido al llamado.

La “Buena Noticia” es que hay esperanza y concretamente una salida que consiste en tomar la decisión de rendir la vida a Jesucristo, reconociéndole como su Señor, su Dueño, su Máxima Autoridad. Otorgándole como consecuencia de esto, una “Nueva Vida” y una “Nueva Naturaleza”, dada por Dios a cada uno de los que así han sido “tratados” por el Espíritu Santo y respondieron entregándole sus vidas a Jesús, con la firme decisión de seguirle. Produciéndose una profunda conversión, o sea un profundo cambio dando un giro a ciento ochenta grados hacia Dios, para vivir como El espera que lo haga.

La primera evidencia en una persona tratada por el Espíritu Santo, es que comienza a sentir convicción sobre los pecados cometidos y del hecho de haber vivido alejado de Dios. Luego experimenta un profundo dolor por haber ofendido a Dios (arrepentimiento), y con este dolor que es consecuencia de su arrepentimiento le confiesa sus pecados (abre totalmente su corazón) rogándole que tenga misericordia de él y le perdone; rindiéndose, entregándole su vida, dispuesto a seguirle y a abandonar todos sus pecados, dándole de esta forma el gobierno de su vida a Dios, expresándolo mediante el bautismo en agua, donde declara que “muere a su vieja vida y resucita a una nueva en Jesucristo”. Se produce de esta manera el “Nuevo Nacimiento”, convirtiéndose en un hijo de Dios y en un discípulo de Jesús, poniéndole el Señor un sello de propiedad que indica que le pertenece, que ya no es mas dueño de si mismo, que ahora lo es Dios, y el sello es la misma presencia del Espíritu  Santo.

Dijo el apóstol Pablo en Romanos 8: 9 “si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”. Se refiere a la persona del Espíritu Santo y a consecuencia de esto también a tener el “espíritu” o aquellas virtudes que caracterizaban a Jesús cuando estaba en la Tierra. En lo Él que era y como resultado de esto lo que pensaba, decía y hacía. Su presencia y el carácter de Cristo es lo que denota que pertenece a Dios y que el “Espíritu vive en él”.

No se manifiestan los “Dones Espirituales”, en quien no es un hijo de Dios. Si pareciera que esto ocurre, se trata de falsos dones, no provenientes del Espíritu Santo, de imitaciones humanas o demoníacas.


Jesús es quien “Bautiza en el Espíritu Santo”. (Gálatas 3:5).

¡En el nuevo discípulo ya mora el Espíritu!. Pero el Señor no se conforma con esto, porque quiere sumergirle o “bautizarle” en el Espíritu Santo. Llenarle de Él, como un vaso puesto debajo de la vertiente de un manantial, este se llena del contenido que se derrama sobre el y desborda, pero lo hace solamente mientras permanece bajo la vertiente, cuando se desplaza aún unos pocos centímetros deja de rebalsar, así ocurre con nosotros, para permanecer llenos y rebosantes debemos continuamente permanecer bajo la vertiente del Espíritu.

 Y con claridad encontramos en el Nuevo Testamento que Jesús sigue suministrando más y más del Espíritu cada día a cada uno de aquellos que son hijos de Dios y desean con fervor más y más de él. (“suministrando” como “presente continuo”)  (Gal 3:5)

Hablando del Espíritu Santo podemos decir que: Estaba en nosotros desde que nos entregamos a Cristo, que fuimos en una medida llenos de Él, pero que sigue derramándolo para que rebosemos y sigamos rebosando cada día de su plenitud. Para que de nuestro interior corran Ríos de Agua Viva, bendiciendo a quienes nos rodean atrayéndolos a Jesús.

Dios quiere que seamos llenos de su Espíritu y que permanezcamos llenos de Él permaneciendo constantemente bajo su vertiente santa, porque la suministración del Espíritu Santo es continua de parte de Jesús. Cuando esto ocurre, es el terreno propicio para que se manifieste a través nuestro con libertad.  


Los “Dones Espirituales” no son evidencia de aprobación de Dios.

Cuando  un discípulo vive una vida desordenada, en algunos casos es posible que al menos por un tiempo, perduren estos regalos dados por el Señor. Porque aún en pecado el Espíritu le redarguye  e incomoda para que se arrepienta y cambie de actitud.

El pecado reinante en quien persiste en pecar, produce un estado de contaminación de espíritu, confundiéndoles, y confundiendo a otros, debido a que algunos consideran que Dios aprueba su  vida por los dones que aún puedan manifestarse en él, y no es así,

Los “Dones Espirituales” no son necesariamente evidencias de la aprobación plena de Dios sobre esa vida, sino manifestación de la presencia del Espíritu Santo.


Hay imitación de los “Dones Espirituales”. 

Toda manifestación espiritual debe ser discernida, pues Satanás imita todos los “Dones Espirituales” para confundir a la gente, desviándolos de Dios y atrayéndoles hacia el.

En algunos casos el ser humano confunde sus sentimientos con la palabra de Dios, o con el firme deseo de que algo suceda y o parece suceder, pero al tiempo lo que parecía resuelto no lo está,  crea decepción y desánimo, esto aunque humano sirve a los planes del enemigo.


Bibliografía:

Materiales consultados de los cuales se han extraído algunos conceptos:
Teología Sistemática - Pneumatología. “IFB Instituto de Formación Bíblica”. Argentina
Seminario de Vida – Red de Vida CC- Argentina
Nuevo Diccionario Bíblico. Ed. Clie
Comentario de la Santa Biblia. Adam Clark CNP
Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia Jamienson, Fausset y Brown CBP
Palabras Bíblicas y sus Significados. F.J.Pop Ed Escatón
Estudio: Bautismo en el Espritu Santo. Dr Rubén Jorge Rodríguz
Comparación con traducciones bíblicas.
Mensaje J. J. Churruarín. Retiro de Renovación Espiritual
Otros materiales y apuntes.


Nota: Estudio en preparación.
       Este material será ampliado y/o corregido en algunas expresiones.
 
Rogamos que este material, no sea modificado, ampliado o mutilado.


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